Cuando los detalles de dos culturas se combinan, se logra una boda singular y maravillosa. Así fue la celebración de Aafke y Joost quienes compartieron con sus invitados detalles inolvidables de sus países: Holanda y México.
Los novios decidieron casarse en la Hacienda Suytunchen, en Mérida, a pesar de que ambos viven en Holanda, pero trajeron algunos detalles de este país para su celebración, como una pequeña pulsera bordada para la novia y unos pequeños Klompen (zuecos holandeses).
La novia lució un vestido sencillo con la espalda descubierta y un tocado de pequeñas flores naturales en color amarillo y morado. El novio se vistió con un smoking de tres piezas en tonos verdes y blanco.
Tanto la ceremonia como el banquete se llevaron a cabo en la Hacienda, bajo los majestuosos árboles del lugar. Gracias a su ambiente tan natural, los novios pudieron combinar a la perfección una decoración muy colorida y luminosa, con papel picado y pequeños focos que hacían lucir un cielo estrellado, y centros de mesa con flores naturales y una vajilla tradicional de barro.
Aafke y Joost ofrecieron en cada momento pequeños detalles que, en suma, lograron una celebración memorable: shots de bienvenida para asignar mesa, un menú tradicional de tres tiempos, y un libro de recuerdos que todos firmaron con mucho cariño.
La música en vivo fue un elemento que acompañó a la celebración en todo momento, desde la ceremonia hasta que terminó la fiesta.
La unión de Aafke y Joost demuestra que no hay barreras culturales cuando se ama y que siempre tenemos algo en común que nos une.
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